De pegarse con Zuckerberg a cobrar a todos por Twitter: por qué cada vez es más difícil creer a Elon Musk

El magnate anunció esta semana su intención de comenzar a obligar a todos los internautas a hacer un pago simbólico mensual por acceder a X El afán de protagonismo del dueño de la red social hace que sea complicado saber si va en serio con la idea o se trata de una ensoñación pasajera

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Un capricho. Básicamente, eso es lo que fue Twitter para Elon Musk en el momento en el que decidió adquirir la red social. Apenas una semanas después de firmar el acuerdo, en abril de 2022, el magnate intento romperlo. Solo aceptó completar la compra cuando vio que no le quedaba otra salida. Y, desde entonces, la ‘app’ no ha dejado de sufrir cambios. A estas alturas, ya no conserva ni su nombre, que recientemente pasó a ser X. Todo han sido volantazos e ideas que, en muchas ocasiones, se han movido a caballo entre lo complicado y lo imposible.

El ejemplo más reciente lo hemos tenido esta misma semana, cuando el magnate de Pretoria, dueño de otras empresas como Starlink o SpaceX, dejó caer en una charla con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que planeaba comenzar a cobrar a todos los usuarios por utilizar X.

En teoría, la suma a pagar sería simbólica. Posiblemente, de un dólar mensual o algo así. Y todo sería con el objetivo de combatir a los bots que intentan aprovechar la red social para viralizar determinados mensajes. Desde el punto de vista de expertos en redes sociales consultados por ABC, el movimiento difícilmente terminará cristalizando. Porque podría terminar provocando «la muerte definitiva» de una aplicación que, recordemos, no anda sobrada de ingresos ni de usuarios.

«Lo de obligar a todos a pagar para usar Twitter suena un poco a globo sonda. Musk lanza la idea, observa la reacción de los usuarios, y luego decide si lo aplica o no», señala en conversación con este periódico Fernando Checa, director del máster de Redes Sociales de la Universidad Internacional de La Rioja.

La misma opinión tiene Ferran Lalueza, profesor de Comunicación en la Universidad Oberta de Cataluña (UOC) y experto en redes sociales, quien apunta además que, al final, Musk «es un hombre que actúa a bandazos», por lo que hay «que poner todo lo que dice en cuarentena». No opera, desde luego, como lo hace el dueño de una empresa de redes sociales tradicional, como sería el caso de Mark Zuckerberg, que normalmente comunica cambios en sus servicios cuando ya se ha decidido completamente llevarlos a cabo. Con Twitter, o X, todo está siempre en el aire.

Pelea en Italia

Esta no es la primera vez que Musk comparte una idea durante los últimos meses que resulta difícil de creer. La más surrealista, sin duda, fue la del anuncio de la supuesta pelea de artes marciales mixtas que libraría con Zuckerberg en Roma y que, al final, parece que ha quedado en nada. Y todo, después de haber dedicado semanas a asegurar a golpe de tuit que estaba completamente decidido a llevarla a cabo.

Desde el punto de vista de Lalueza, lo único que buscaba con este anuncio, y con tantos otros, es atención. Y precisamente por eso, por ese afán de protagonismo, cada vez es más complicado saber qué va en serio y qué termina siendo una ensoñación pasajera que no va a ningún lado: «Musk quiere que hablen de él constantemente. Necesita atención, y con las declaraciones provocadoras y estrambóticas lo consigue». «Ha generado ríos de tinta lanzando ocurrencias. Está claro que es lo que le gusta. Le ha superado el personaje», apunta, por su parte, Checa.

En caída libre

Sea como sea, no parece que X esté en condiciones de exigir un pago a sus usuarios. X Premium, el servicio de suscripción de la aplicación, no parece haber sido un éxito hasta el momento. Pero ni de lejos. Además, el número de usuarios de la plataforma lleva años siendo prácticamente plano. Y no solo la plataforma no crece; es que, en el corto plazo, se espera que pierda uso.

De acuerdo con cifras de Statista, en diciembre de 2026 Twitter tenía aproximadamente 368 millones de usuarios; lejos, y mucho, de ‘apps’ como TikTok, WhatsApp, Instagram o Facebook, que superan ampliamente los 1.000 millones. Para 2024 se espera que el número de internautas que emplean X cada mes caiga un 5%, quedándose en 335 millones.

La entrada de una cuota obligatoria para el uso de la red social, sin duda, provocaría que muchos internautas abandonasen la plataforma. Y eso también provocaría que el renqueante negocio publicitario de X se viese afectado. «Twitter va perdiendo valor de cara al usuario. Tiene que haber un gran valor añadido para que la gente pague para usar una red social. Algunos de los usuarios que pagan el X Premium están en la batalla de que sus tuits tengan más visibilidad, pero es algo residual», señala Checa.

Por su parte, Lalueza explica que X, actualmente, «tiene una gran necesidad de monetizar» y que, al final, comenzar a obligar a pagar por usar la red social podría ayudar a combatir los bots, ya que «no es lo mismo operar miles de forma gratuita que comenzar a pagar por cada uno de ellos». Aunque, al final, todo depende de las ganancias que los usuarios que hay detrás consigan gracias a su empleo. De si les resulta rentable o no.

Fuente: ABC

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