Nadie ha quedado indiferente al conocer la noticia de que una joven de 27 años se propusiera dar a luz a su bebé sentada a orillas del Pacífico, en lo que ha denominado un parto libre. Josy Peukert es alemana, aunque vive en Nicaragua con su pareja y varios hijos, y quiso vivir esta experiencia publicando las imágenes en redes sociales, por lo que ya ha acumulado más de 200.000 reproducciones.
Su objetivo era demostrar que el cuerpo de una mujer es capaz de hacer un acto como dar a luz sin intervención médica. Aseguraba en Instagram que «el mundo necesita más hombres que confíen en sus mujeres y sus capacidades y las apoyen y las amne desde el fondo de sus corazones».
No han faltado comentarios alabando su forma de actuar como muestra de la naturalidad de dar a luz en plena naturaleza al ritmo de las olas y sin ayuda, mientras que otros tantos se llevaban las manos a la cabeza al no dar crédito que pudeira poner en riesgo a su bebé y a su propia vida.
Lejos de juzgar o criticar esta acción personal, la ginecóloga Miriam Al Adib Mendiri, creadora de las Clínicas MiriamGine de Madrid, Marbella y Almendralejo, parte de que cualquier persona es libre de tomar sus decisiones, «pero como ginecóloga no puedo recomendar en ningún momento un parto sin asistencia profesional».
El parto normal es un hecho patológico
Explica que es cierto que hay que partir de la base de que un parto normal es un hecho patológico, no es una enfermedad, «pero dar a luz sin asistencia profesional es muy arriesgado para la vida de la madre y el bebé. Lo normal de un parto es que todo salga bien, pero ¿y si se complica? ¿Merece la pena arriesgar a dar a luz como esta joven y que surja una complicación? Cada uno debe poner en la balanza el precio de sus acciones, lo que le importa más en la vida y asumir riesgos. A veces el precio puede ser demasiado alto. Cada mujer debe preguntarse, ¿te compensa?».
El problema es que tras ver las imágenes y experiencia de Josy Peukert en las redes sociales, más mujeres se animen a seguir sus pasos, «lo que no es nada recomendable sabiendo que siempre hay una posibilidad de que haya una complicación», asegura la ginecóloga Al Adib Mendiri, autora de «Hablemos de nosotras: Reflexiones de una ginecóloga rebelde».
Añade que si lo que se desea es parir en el agua «hay multitud de centros que ofrecen la posibilidad de hacerlo en condiciones muy similares en una bañera, e incluso en casa, con el apoyo de profesionales que garantizan una actuación mínima y que ante cualquier imprevisto pueden actuar rápidamente», concluye Al Adib Mendiri.
Elisa Díaz de Terán, de la unidad de alto riesgo de Obtetricia del Hospital Universitario de la Zarzuela, añade que la publicación del parto de Josy Peukert en redes sociales es «una imprudencia, una realidad equivocada», cuya práctica no deben seguir otras futuras madres. «Exponer este tipo de partos como un acto súper bonito en plena naturaleza y de conexión total con el bebé no debe ser considerado como un buen un ejemplo. Un parto respetado implica que todo vaya bien, tanto para la madre como para su hijo. Afortunadamente, cada vez existe una asistencia más profesional para tratar cualquier imprevisto en el nacimiento de un bebé. Bastan tan solo unos minutos para que una parturienta fallezca si sufre una hemorragia, o para que el pequeño sufra graves lesiones cerebrales si tiene problemas de respiración al salir del vientre de su madre. Por tanto, las posibilidades de contar con profesionales médicos es esencial para evitar males mayores».
Asegura que dar a luz en una playa supone que ante un problema los sanitarios tarden en llegar hasta un lugar que puede ser de difícil acceso, «y, además, el agua del mar está muy fría para un bebé y no es esteril, lo que puede añadir más complicaciones».
Concluye asegurando que «un parto respetado es aquel que se ajusta a las demandas de la parturienta, pero contando con la seguridad de tener soluciones inmediatas con una asistencia profesional si así se requiere en el momento de dar a luz».
Fuente: ABC
