Un estudio financiado por Bayer concluye que «las actividades antropogénicas en general» son la mayor causa del declive de insectos

Las conclusiones suscitan polémica entre los científicos, ya que algunos interpretan que se menosprecia el efecto de las sustancias químicas

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Un estudio sobre el declive de los insectos en Europa financiado por Bayer, BASF y Syngenta, empresas fabricantes de pesticidas, concluye que las «actividades antropogénicas en general» son la principal causa detrás del declive de estos animales, seguida de «la intensificación agrícola». Unas conclusiones que han suscitado polémica entre los científicos, ya que algunos interpretan que se menosprecia el efecto de las sustancias químicas.

En concreto, el estudio que se publica este miércoles en la revista ‘Plos One’ es una revisión de 82 estudios sobre los cambios que han sufrido las poblaciones de Carabidae (escarabajos terrestres) y Lepidoptera (incluidas polillas y mariposas) en Europa Central y Occidental a lo largo de al menos seis años.

«Tanto para Carabidae como para Lepidoptera, los principales impulsores de las tendencias decrecientes fueron las actividades antropogénicas en general (32%/35%), seguidas de la intensificación agrícola (23%/24%). El cambio climático fue señalado como un factor determinante en el 15%/9% de los casos analizados», dice el estudio.

El análisis de las tendencias descritas en los 82 artículos revela tanto aumentos como descensos en la diversidad y abundancia de cada uno de los dos grupos de insectos. Sin embargo, los descensos fueron más frecuentes, lo que subraya una tendencia general a la baja en Europa central y occidental.

La investigación, sin embargo, ha despertado algunas críticas entre la comunidad científica, según las reacciones que recoge ‘Science Media Center’. «Destaca la escasa relevancia señalada para el incremento en el uso de productos agroquímicos a la hora de explicar la desaparición y la disminución de las poblaciones de estas especies», dice Jorge M. Lobo, profesor de Investigación en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC). «Los autores destacan la ‘actividad antropogénica’ como el factor fundamental, un concepto demasiado general que no identifica ninguna causa concreta. Sin embargo, son muchas las evidencias y estudios que establecen una relación causal directa entre el uso de insecticidas y herbicidas, y el declive de los insectos», continúa.

También Francisca Ruano Díaz, catedrática de Zoología del departamento de Zoología y coordinadora del grupo de investigación Ecología Aplicada y Agroecosistemas de la Universidad de Granada, considera «poco creíble» que el uso de pesticidas, que incluyen a los insecticidas, tenga un nivel tan bajo de efecto sobre las poblaciones de estos organismos, especialmente las mariposas.

Para Francisco Sánchez-Bayo, profesor asociado honorario de la Escuela de Ciencias Ambientales y de la Vida de la Universidad de Sídney (Australia), y quien lideró la primera gran síntesis sobre la fauna entomológica en todo el mundo en los últimos 40 años, «no está claro por qué esas empresas [Bayer, BASF y Syngenta] han financiado este estudio. Lo curioso es que los autores llegan a las mismas conclusiones que nosotros, aunque evitan culpar a los pesticidas. En su lugar, achacan a la agricultura intensiva como la segunda mayor causa de los declives, aunque admiten solapadamente en el texto que tal tipo de agricultura está íntimamente ligada al uso de fertilizantes y pesticidas», dice.

En cambio, Guy Pe’er, biólogo de la conservación en el Centro Alemán de Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) y el Centro Helmholtz de Investigación Medioambiental (UFZ) en Alemania, considera que «los autores hacen afirmaciones claras sobre la contribución de los seres humanos, en particular de la agricultura (incluidos los productos agroquímicos), a los resultados observados. Esto podría demostrar una o dos cosas: o que también [las] empresas [que financian el estudio] reconocen la contribución clave de la agricultura a la pérdida de biodiversidad, o que los procesos de revisión por pares ayudan a garantizar la calidad de los artículos científicos, o ambas cosas».

En las conclusiones del estudio, los autores aseguran que los cambios en las poblaciones de insectos han sido impulsados principalmente por factores antropogénicos que «incluyen el uso de la tierra, la agricultura, el cambio climático (acelerado por las actividades humanas), la conservación de la naturaleza, la urbanización y las actividades antropogénicas en general».

En los últimos años, la preocupación por la disminución de las poblaciones y diversidad de insectos ha ido creciento. El estudio de Sánchez-Bayo llegó a la conclusión de que el 40% de las especies de insectos corren un serio peligro. En Europa y América del Norte, mariposas, escarabajos, mariquitas, abejas silvestres, abejorros o libélulas se enfrentan a su extinción en unas décadas si no se reforma la agricultura intensiva y se reducen los pesticidas, aseguraban.

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