Los megaproyectos insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como el Tren Maya y el Istmo de Tehuantepec, hicieron que durante el primer trimestre del año se abriera la llave del gasto en inversión física, de acuerdo con la información divulgada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El Informe de Finanzas Públicas y la Deuda Pública al primer trimestre del año mostró que el gobierno desembolsó 224,980 millones de pesos en la inversión física, lo que representó un crecimiento 23.3% en comparación anual.
Este crecimiento no es sólo el mayor que se da durante el gobierno de López Obrador en el primer trimestre, sino también desde el 2014, cuando en el sexenio de Enrique Peña Nieto el gasto en infraestructura aumentó 46.3% anual.
Este año, último del actual gobierno, se ha pisado el acelerador del gasto en infraestructura para terminar los proyectos emblemáticos de López Obrador y, de esta manera, no heredarlos a la siguiente administración, sin importar quien gane.
“El gasto en infraestructura aumentó 23.3% real anual en el primer trimestre del año; el crecimiento más alto desde el 2014. Este desempeño estuvo vinculado a los avances en diversos proyectos de infraestructura que se concluirán este año, los cuales continuarán impulsando un desarrollo incluyente, particularmente en la región sureste del país”, destacó la dependencia a cargo de Rogelio Ramírez de la O.
De acuerdo con lo aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024, este año se aprobó un gasto de inversión de 1.12 billones de pesos, del cual 82.6% se destinará a inversión física.
Entre los proyectos de infraestructura de este año destacan el Tren Maya, con un presupuesto de 120,000 millones de pesos; los proyectos para construir y conservar las obras hidráulicas, con 39,475 millones de pesos; así como los proyectos prioritarios de construcción y mantenimiento de las vías de comunicación y de transporte, con 35,133 millones de pesos; y el Istmo de Tehuantepec, con 21,059 millones.
Buscan recuperarse este año
Jorge Cano, investigador de México Evalúa, recordó que el año pasado el gasto en inversión física quedó por debajo de los niveles aprobados, ello ante las presiones que se observaron durante el año en la parte de ingresos.
De esta manera, añadió, el gasto histórico de 1.10 billones de pesos no logró alcanzarse ante la debilidad de los ingresos públicos, por lo que el gobierno sólo ejerció 935,664 millones de pesos al cierre del 2023.
Es por esto que el gasto en este primer trimestre del año se ha acelerado, en un intento de ejercer los recursos que no se gastaron el año pasado para terminar las obras insignia de infraestructura, dijo Jorge Cano.
“El crecimiento de la inversión este año tiene que ver más bien con un efecto contable ya que el año pasado, al primer trimestre, la inversión iba muy mal. De hecho tuvo uno de los peores avances que se tienen registro de 15.7% del programa anual y ahora, este año, tiene un avance de 24% lo cual está en línea con lo que se ha visto de manera histórica”, explicó.
Gasto de menor calidad
El gasto en inversión física se considera uno de los rubros relevantes ya que impulsa a la economía a través de estas obras de infraestructura que generan puestos de trabajo, así como nuevas inversiones.
Sin embargo, Diego Díaz, coordinador de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), indicó que además de mantener un nivel bajo en el gasto de inversión física, este es de menor calidad.
“Estamos gastando menos en inversión física y, también, consideramos que este gasto es de menor calidad, es decir, no se está orientando a infraestructura logística que tenga un impacto importante, por ejemplo, en los tiempos de traslado de personas y mercancías o en temas que son muy importantes sobre todo ahorita en el contexto del tema de abastecimiento de agua o en inversión en energías”, añadió.
En este sentido, destacó que en la actual administración el gasto se ha concentrado en las obras prioritarias del gobierno, los cuales no tienen comprobado el impacto positivo en la economía y en la sociedad.
Fuente: eleconomista
