Síndrome de Asperger: Qué es y cómo puedes actuar si tu hijo lo padece

Este trastornos del neurodesarrollo Infantil fue acuñado por Kanner en 1944

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El Síndrome de Asperger (SA) es uno de los trastornos que se engloban dentro del autismo, el cual pertenece a los denominados Trastornos del Neurodesarrollo Infantil. El término, recuerda Alejandro Cano, docente del Grado en Logopedia y del Grado en Psicología de VIU, «fue acuñado por Kanner en 1944, el cual describía los síntomas de un niño con este síndrome a través de patrones conductuales tales como: la alteración esencial es la incapacidad para mantener una relación normal con los otros y con el entorno y eligen la misma palabra para designar el síndrome. Este trastorno tiene un origen innato o constitucional que afectará a la persona durante toda su vida».

Los niños que presentan esta condición cursan con alteraciones en el campo de las habilidades sociales y el lenguaje, pudiendo repercutir significativamente en su calidad de vida. A nivel de lenguaje, explica Cano, « »se observa que presentan dificultades en la expresión de sus necesidades, sus emociones, sus deseos o incluso sus inquietudes. Son niños que les cuesta iniciar una conversación o interesarse por otra persona. Aunque aparentemente tienen un vocabulario o una emisión de frases adecuados, los mayores problemas residen en el área de la pragmática del lenguaje, es decir, en el uso de la comunicación y en la narración o descripción de eventos y situaciones de su día a día«.about:blank

Por otro lado, añade, «a nivel social, los niños mostrarán poca competencia para hacer inferencias sociales de cómo deben comportarse, entender situaciones que requieran del uso de habilidades de comunicación social o relaciones interpersonales con personas de su edad o de su entorno».

Así pues, los grandes desafíos y problemas a los cuales se enfrenta una persona con SA residen, principalmente en la comunicación y en las relaciones sociales.

Desde los primeros años, los niños con este trastorno experimentan muchas dificultades para expresar sus sentimientos y deseos. No comprenden la realidad que les rodea, se suelen aislar, no interaccionan con sus iguales y tienen una fijación por una temática concreta.

Los primeros años constituyen la etapa más difícil de la persona con síndrome de asperger y sus familias. Desde la aparición y detección de los primeros indicadores de trastorno hasta el diagnóstico del caso, las familias viven un periodo de enorme angustia, incertidumbre y desorientación

En la adolescencia, los problemas en los contextos sociales se incrementan. Tienen muchas dificultades para encontrar amigos o una pareja, por lo que puede desencadenar una gran frustración y ansiedad a las personas con un SA.

Principales desafíos y problemas

Estos niños, explica el docente del Grado en Logopedia y del Grado en Psicología de VIU, «entran en una etapa más estable coincidiendo con la intervención psicoeducativa que suele estar recibiendo, que les ayuda a entender mejor a su entorno y a poder actuar sobre él. aunque los cambios y los aprendizajes se produzcan van a depender en gran medida del nivel intelectual del niño, de su nivel de lenguaje oral y de la gravedad del trastorno. Para los padres es difícil soportar una rabieta en alguien que es más grande y fuerte que ellos y que, además, es consciente de lo que es».

Cuando se convierten en adolescentes, prosigue Cano, «una conducta inmadura suscita también reacciones más negativas en público que las conductas de un niño más pequeño. A algunos adolescentes más capaces no les preocupa el hecho de no tener amigos, y no están interesados en tener novia o novio. Otros se dan cuenta de que tienen grandes dificultades para establecer relaciones y los superan diciendo que no lo van a intentar. La mayoría son muy conscientes y se sienten mal por su incapacidad para establecer lazos de amistad o mantenerlos si alguna vez los inician, y carecen de conocimiento instintivo de cómo dar los pasos para que los demás lo acepten».

Em definitiva, el Síndrome de Asperger tiene consecuencias importantes en el desarrollo emocional, social y conductual de la persona. Y si bien la característica más distintiva del autismo es la forma de percibir y socializar con las demás personas, este trastorno de origen neurobiológico tiene más implicaciones, muchas de las cuales aún desconocemos.

En este sentido, la adopción de hábitos saludables contribuye a que las personas con TEA mejoren su nivel de desarrollo, pero ¿qué hábitos son a los que hay que prestar más atención? Los expertos en TEA de Fundación Orange nos señalan algunas de las claves::1

Diversifica las actividades

Gran parte de las personas con autismo tienden a realizar siempre las mismas tareas, ya que la rutina ofrece una seguridad y orden a su vida. No obstante, también es recomendable flexibilizar algunas de estas actividades, con el fin de evitar que las propias rutinas, en lugar de aliado, se conviertan en enemigo y lleguen a suponer un obstáculo para el desarrollo funcional de la vida diaria.

Por eso, la forma más saludable de evitar esta rigidez es ofreciéndoles alternativas diferentes. Por ejemplo, combinar actividades de interior con otras al aire libre es recomendable para ampliar el repertorio de actividades a realizar y poder descubrir intereses nuevos con los que disfrutar. Esta, además, es una forma saludable de ayudarles a desarrollar su personalidad y forma de ser.2

Ejercita la mente

La realización de distintas tareas mentales es fundamental, tanto para aprender y ser más independientes, como para mantener habilidades previamente adquiridas. Algo que cobra especial relevancia en personas con autismo, en las que entrenar la mente a diario es esencial, ya que ello les ayuda en el desarrollo de muchas habilidades, entre ellas la habilidad social.

Orange Digital Center, la plataforma educativa online de Fundación Orange dirigida a personas en riesgo de exclusión (jóvenes, emprendedores, familias, docentes, y personas con autismo), ofrece un amplio abanico de propuestas para entrenar nuestro cerebro, mediante herramientas tecnológicas útiles en las distintas áreas de desarrollo personal, como el área cognitiva, el ocio, las habilidades socioemocionales o las de tipo académico.3

Ofrece una dieta saludable

La dieta es clave para las personas con TEA, ya que son propensos a tener problemas de alimentación, bien por trastornos que alteran los hábitos alimenticios como la ansiedad o por las limitaciones que puede tener la persona para comer ciertos alimentos. En ese sentido, es fundamental asegurarse de que el cuerpo recibe todos los nutrientes necesarios a través de una dieta saludable, equilibrada, y adaptada a sus gustos y estilo de vida.4

Incorpora actividades físicas

La práctica deportiva es uno de los hábitos más saludables que podemos incorporar a la rutina de las personas con TEA, ya que el ejercicio tiene múltiples beneficios para el bienestar físico y mental. Sin embargo, antes de optar por una modalidad deportiva es recomendable iniciarse primero con deportes individuales, de modo que puedan acostumbrarse a la dinámica de ejercicio.

Una vez familiarizados con la práctica deportiva, es importante que pasemos a deportes donde puedan relacionarse con otras personas sin mucha presión y de forma gradual. Deportes tales como la natación, el senderismo, la equitación o las artes marciales podrían ser muy buenas opciones para incorporar las actividades físicas en su día a día.5

Facilita herramientas adecuadas para comunicar su dolor o malestar

A muchas personas con autismo les cuesta transmitir lo que les sucede de forma verbal, y a menudo necesitan de apoyos específicos para hacerlo. Asegúrate en todo momento que tienen acceso a herramientas tales como los sistemas de comunicación aumentativa. Estos sistemas, que suelen ser formas de expresión basadas en la imagen, en los gestos o en los mismos objetos y el contexto, hacen más accesible el proceso de comunicación para las personas con TEA y facilitan la conversación sobre sus emociones y sentimientos.6

Enseña habilidades de autorregulación

La ansiedad puede ser el detonante de situaciones complicadas que pueden evitarse empleando estrategias para la serenidad. Para las personas con autismo se propone crear un espacio de relajación en casa, en el que encuentre una serie de materiales y de rutinas estructuradas que incentiven el autoconocimiento y que sirvan de guía a la hora de autogestionar un estallido o sobrecarga sensorial.

Otra de las herramientas también recomendables es la caja de la calma, que debe contener elementos que contribuyan a calmar el estado del sistema nervioso, tales como un bote de la calma, pelotas antiestrés, mordedores, mandalas para colorear, globos, o papel de burbujas.

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