Vuelve la emergencia por la inmigración en Italia, en particular por el aumento de llegadas de menores no acompañados. Ante el récord de desembarcos en las costas italianas, muchos alcaldes dan la voz de alarma por la falta de estructuras para acogerlos. Sólo en el último fin de semana, según datos del ministerio del Interior, llegaron a Italia 1.902 menores no acompañados y más de 12.188 desde principios de año. En total, desde el primero de enero hasta el 21 de agosto, desembarcaron 105.449 inmigrantes, más del doble que en el mismo periodo del año anterior (50.719).
La Autoridad Garante para la Infancia y la Adolescencia, Carla Garlatti, confirma que constituye un récord el aumento de llegadas de menores y explica el drama que viven: «El aumento de los desembarcos de menores extranjeros no acompañados está a la vista de todos. A mediados de agosto, el número de niños no acompañados que llegan por mar era el mismo que en todo 2021«. Sin embargo -añade- la presión migratoria de este verano no debe hacernos olvidar que se trata de menores que no tienen adultos de referencia y muchas veces vienen con historias y viajes terribles a sus espaldas. Tienen derecho a ser acogidos -añade la Garante de la infancia y adolescencia-, un derecho que, sin embargo, no termina sólo con la acogida inicial, sino que exige que se les garantice un camino posterior, servicios adecuados y tutores voluntarios. Por ello, hay que poner a los municipios en condiciones de hacerlo de la mejor manera posible».
Si la burocracia de acogida es complicada y engorrosa en el caso de los adultos, lo es aún más en el caso de los menores no acompañados, que necesitan una atención aún más eficaz, según explica la Garante Carla Garlatti: «El Gobierno está activando 15 Centros FAMI (Fondo de Asilo, Migración e Integración) para menores extranjeros no acompañados. Es el sistema que debe responder adecuadamente porque, más allá del aspecto económico, estamos ante menores no acompañados, que al igual que sus coetáneos tienen derecho a estar acompañados en su camino de integración por un adulto de referencia como exige la ley Zampa [prevé permiso de residencia para los menores], para ir a la escuela, para ser atendidos, para ser escuchados. Insisto -añade Carla Garlatti- sobre el hecho de ser escuchados también, porque algunos de ellos están aquí para luego unirse a familiares en otro Estado europeo. reunificación que debe realizarse de forma segura, para evitar que – concluye la Garante de la Infancia y Adolescencia- desaparezcan y corran el riesgo de convertirse en víctimas de explotación o del tráfico de seres humanos».
La voz de alarma por la emergencia en la acogida de inmigrantes, no solo menores, la dan muchos alcaldes italianos. Desde el 1 de julio hasta hoy han desembarcado un total de 40.166 personas con una media de unas 772 llegadas diarias. La emergencia pronto podría tener efectos muy concretos en los barrios de las ciudades italianas, si el Gobierno no adopta medidas eficaces. Después de las alarmas lanzadas en los últimos días por muchos alcaldes y por la Asociación Nacional de Municipios Italianos, la emergencia la confirma el presidente de Emilia Romaña, Stefano Bonaccini: «Corremos el riesgo de que se tengan que instalar tiendas de campaña en las ciudades. Se necesitan planes para encontrar estructuras de acogida a los inmigrantes», advirtió Stefano Bonaccini, presidente del Partido Democrático: «No es un problema de color político. En las ciudades, especialmente en el norte, cada semana llega un número siempre más alto de inmigrantes y, si no hay planificación, existe el riesgo de que estalle cierta rabia en la sociedad. Es un problema grave, una real y auténtica emergencia«. No son sólo los alcalde de izquierda los que protestan, también hay muchos regidores de la Liga, como confirma el presidente del Véneto Luca Zaia, de la Liga:»Los alcaldes tienen toda la razón«, dice ataca, que ataca a »los señores de la UE que no resuelven el problema«.
Fuente: ABC
