Educando para permanecer pobres

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El crecimiento de una economía se deriva de dos factores: un incremento en el acervo de los factores primarios de la producción (capital y mano de obra) y una mayor productividad total derivada esta última, principalmente, del cambio en la tecnología de producción. Para que una economía experimente un proceso sostenido de crecimiento, con incrementos continuos en el PIB por habitante, el aumento en los factores de la producción no es suficiente; la principal fuente de expansión de largo plazo será siempre el incremento en la productividad factorial total.

Cuando hablamos de un aumento en el acervo de capital, derivado de la inversión que realizan los agentes económicos, principalmente el gobierno en infraestructura (comunicaciones, transporte y energía) y las empresas en planta, maquinaria y equipo, está puede tomar dos formas: por una parte, un aumento en el capital con las mismas características que el ya existente (por ejemplo en una fábrica textil añadir un telar mecánico igual al que ya opera) y, por otra parte, un aumento en el capital que tenga incluido un cambio tecnológico (por ejemplo sustituir el telar mecánico por uno o más telares que incluyan el diseño del patrón del tejido y control por computadora). Aunque ambos tipos de acumulación de capital generan crecimiento, es obvio que la mayor expansión se da cuando la inversión realizada incluye una mejora tecnológica.

Por otra parte, cuando nos referimos a un incremento en la mano de obra, es decir el número de trabajadores, es indispensable tomar en consideración no sólo su cantidad, sino también, de suma importancia, el capital humano que tengan el cual se define como el acervo de habilidades y conocimientos que poseen los individuos. Las habilidades normalmente son aquellas con las que nace un individuo y que se perfeccionan con su uso y entrenamiento. Los conocimientos, por otra parte, son resultado principalmente del proceso educativo formal que tuvieron los individuos y de la capacitación en el trabajo el cual puede ser de dos tipos: general (es útil en cualquier empresa, por ejemplo el manejo de un programa de cómputo) y específico (sólo es útil en la empresa que capacita a sus trabajadores o competidores muy cercanos, por ejemplo darle mantenimiento a un reactor nuclear).

Es el incremento en el acervo de capital con mejora tecnológica incluida y la acumulación de capital humano que se vuelven complementarios para lograr un incremento en la productividad factorial total. Una mano de obra con elevados niveles de capital humano y que este sea además de alta calidad permite aprovechar cabalmente la nueva tecnología integrada en el acervo de capital (esto lo podemos observar en las ramas de actividad económica y regiones ligadas al comercio internacional vía, principalmente el TLCAN/T-MEC). Difícilmente una nueva tecnología será incorporada al proceso productivo si no hay trabajadores que la puedan utilizar o los costos de introducción serán mayores al requerir una mayor inversión en su capacitación específica (como sucede por ejemplo en los estados del sur del país).

Es aquí en donde adquiere notoria relevancia el sistema educativo, principalmente desde preescolar hasta la educación media superior, niveles en los cuales los educandos adquieren los conocimientos básicos de carácter general que les permiten, por una parte, incorporarse productivamente al mercado laboral y/o ser la base para la adquisición de conocimientos más específicos en los niveles universitarios (desde licenciaturas hasta posgrados) y en educación técnica superior.

En el sistema educativo los niveles básicos (preescolar, primaria y educación media) tienen que enfocarse a que los niños y jovenes aprendan las habilidades primordiales en matemáticas, lenguaje y ciencia y, de suma importancia, a razonar, cuestionar e investigar. Un país no puede progresar si sus habitantes no pueden entender y resolver problemas matemáticos básicos, si no pueden leer y comprender un texto y si no tienen los conocimientos científicos básicos como ecología y ciencias naturales, química, biología y computación. Sin estos conocimientos, no tendrán el capital humano mínimo necesario para profundizarlos en el nivel de educación media superior o para incorporarse productivamente en el mercado laboral.

El sistema educativo nacional basado en la educación pública se diseñó, desde la década de los treinta del siglo XX, para atender a un número creciente de niños y jóvenes sin prestar realmente atención a la calidad del servicio educativo que se estaba proveyendo. El resultado está a la vista al analizar el desempeño de los jóvenes mexicanos en las pruebas nacionales e internacionales estandarizadas (como PISA): tienen deficiencias serias en matemáticas, en comprensión de lectura y en ciencias.

La reforma educativa de 2013 tenía como objetivo ir incrementando la calidad de la educación alineando los objetivos a los cuales se enfrentaban los docentes: la mejora en salarios y posición sujeta a la mejora en su calidad, tanto en conocimientos como en habilidades pedagógicas. El presidente López la desechó dado que él desprecia el conocimiento y, por lo mismo, para él el capital humano carece de importancia. Ahora da la puntilla prácticamente eliminando la enseñanza de matemáticas, de lenguaje y de ciencias en los libros de texto, sustituyéndolas por una ideología cuatrotera basada en la lucha de clases y la envidia. “Educando” para permanecer pobres; es inadmisible.

Fuente: eleconomista

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