Los polleros a merced de la Familia Michoacana

Para cuatro familias, la de 2023, es la Navidad más amarga. Los polleros llevan cuatro días desaparecidos sin que se haya recibido un mensaje

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Rigoberto Colín es sordomudo. Lleva poco en una distribuidora de Toluca desplumando pollos que luego arroja en cajas de plástico para su transportación. En la mañana del 22 de diciembre se le ve, al fondo de un bodegón de ladrillos grises, con otros cuatro compañeros, trabajando duro al marcar 5:12 AM en el video donde, además se oye de fondo a Los Bukis.

El ritmo laboral se interrumpe por la entrada de un comando de La Familia Michoacana que comienza a dar órdenes. Una camioneta Derby Van se mete de reversa con las puertas de atrás abiertas al tiempo en que Rigoberto y otros tres son obligados a avanzar en fila india amenazados por los fusiles: son inocentes, pero se los van a llevar por venganza.

Para cuatro familias, la de 2023 es la Navidad más amarga en muchos años. Los polleros llevan cuatro días desaparecidos sin que se haya recibido un mensaje pidiendo rescate. Los familiares y la patrona de la distribuidora de pollos realizan una movilización frente a Palacio de Gobierno del Estado de México para exigir la localización de los muchachos y medidas de protección para vivir en Toluca, pues en los últimos tres años La Familia Michoacana extorsiona a los polleros de la colonia Parques Nacionales.

A Karla Contreras, la patrona, ya la secuestraron y a su padre también. Ha presentado cinco denuncias ante la Fiscalía del Edomex, pero en vez de encontrar justicia, los grupos del crimen les han rafageado el negocio  y ahora levantaron a sus trabajadores. Las autoridades de justicia no tienen elementos disponibles, dicen, para brindarle algún tipo de protección.

La Familia Michoacana y sus operadores pueden cobrar plácidamente dos pesos por kilo de pollo que se procesa, son parte de las denuncias porque no se trata nada más de la extorsión a la distribuidora sino a los 19 rastros de ese tipo en Valle de Toluca, que le permite a la organización criminal sacar cerca de un millón de pesos quincenales.

Rompió el silencio porque le han robado todo, lo mismo que les ocurrió a los campesinos en Texcaltitlán, donde hace dos semanas decidieron hacer justicia por su propia mano. De lo que le pueda pasarle a ella y a su familia hace responsable a Nabor Velázquez, Reyna Ortuño y a los hermanos Jesús Bernal, alías Mayolo, y Martín Bernal porque son los operadores de La Familia Michoacana para extorsionar a los vendedores de pollo, grupo con presencia en más de 30 municipios del Estado de México, Michoacán y Guerrero. Ojalá que Eliseo Escobar Ramírez, de 47 años; Isidoro Díaz Casimiro, de 40;  Jaime Ramos Reyes, de 22 años; y Rigoberto Colín Consuelo, de 41, de la comunidad Sorda del Edomex, vuelvan con vida.

¿Cómo es posible que los ciudadanos tengan identificada a la red criminal y las autoridades no?

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