¿Por qué se fugan nuestros hijos? ANAR recibe casi 3.000 peticiones de ayuda por menores desaparecidos

Las huidas del domicilio familiar o de centros de menores (de los que escapan para salir de situaciones graves de violencia), seguidas de las expulsiones del hogar y las sustracciones parentales son las principales causas. En el último año se registraron un 48% más de secuestros de padres a hijos que el año anterior

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¿Por qué se fugan nuestros hijos? Decenas de padres pueden estar preguntándoselo a estas horas, porque las huidas de menores adolescentes del hogar se producen todos los días del año y por motivos muy diversos.

La Fundación ANAR puede aclarar algunas dudas y tener respuestas. De hecho, el balance que hace hoy, 25 de mayo, cuando se celebra el Día Internacional de Menores de Edad Desaparecidos, es el de que el teléfono ANAR para estos casos (116 000), número único armonizado de la Unión Europea, recibió 2.892 peticiones de ayuda por desapariciones en 2021 que desembocaron en la atención de 1.172 casos. Los motivos de dichas consultas se agrupan en seis apartados: fuga o ideación de fuga; expulsiones del hogar; sustracción parental; pérdida, accidente u otro tipo de desaparición; secuestro por parte de terceros; o niño, niña o adolescente migrante no acompañado.

La fuga sigue siendo la principal causa de desaparición, con un 66,5% del total de los 1.172 casos atendidos (779 casos). En la mayoría de ellos, sus protagonistas están huyendo de graves situaciones de violencia, como maltrato físico o psicológico, abuso sexual, violencia de género o acoso escolar. Los casos de fuga atendidos por la fundación se han incrementado respecto a 2020 en un 52,7% (779 casos en 2021 frente a 510).

Le siguen en importancia los menores de edad expulsados del hogar con 212 casos (18,1% del total). «En muchos casos los padres de estos menores de edad tienen problemas para fijar límites y gestionar los serios trastornos de conducta de sus hijos. No saben cómo actuar y su grado de desesperación les lleva a expulsarlos de casa, cometiendo un delito grave», explica Benjamín Ballesteros, director de Programas de ANAR. Las expulsiones han crecido de 2020 a 2021 un 26,9% (212 respecto a 167).

En tercer lugar están las sustracciones o secuestros parentales (101 casos que suponen un 8,6% del total de desapariciones). Suelen ocurrir en el seno de parejas mixtas en las que uno de sus miembros es extranjero, tal y como ocurrió en el litigio Juana Rivas vs. Francesco Arcuri. Su dificultad se agrava cuando se produce en países que no son firmantes del Convenio de La Haya, añade ANAR. Las sustracciones parentales han aumentado un 48,5% en el último año respecto al ejercici anterior(101 casos frente a 68). Destaca entre nuestras fronteras el incremento de casos de secuestros con fines criminales, que son la causa de desaparición más grave. ANAR ha tenido constancia en 2021 de 18 casos, lo que supone un incremento del 125% respecto a 2020, en que se produjeron 8 casos.

Finalmente, las pérdidas, accidentes u otro tipo de desapariciones han aumentado un 28,9% al pasar de 45 casos en 2020 a 58 en 2021. ANAR ha intervenido también en 7 casos que han requerido coordinación internacional dado su componente transfronterizo.

La comunidad autónoma de la que más consultas por casos de menores de edad desaparecidos se han recibido es Madrid (822 consultas, lo que supone un 28,4% del total y 318 casos), seguida de la Comunidad Valenciana (470 consultas, lo que supone un 16,3% y 161 casos) y Andalucía (305 consultas, lo que supone un 10,5% y 103 casos).

Perfil del desaparecido

En la Fundación ANAR se han recibido más casos por niñas desaparecidas (66%) que por niños (33,5%). El grupo de edad de 16 y 17 años concentra el 39,9% de los casos, seguido de los adolescentes de 14 y 15 años (30,6%). El 79,4% de los casos de fugas corresponden a adolescentes de entre 14 y 17 años.

En un 75,6% de los casos, la Fundación ANAR ha ofrecido atención psicológica, jurídica y social de forma simultánea y se han llevado a cabo 185 seguimientos de apoyo personalizado a los familiares de menores de edad desaparecidos en 2021. «Una de las peores cosas que le puede pasar a un ser humano desde un punto de vista psicológico es la desaparición de uno de sus hijos -explica Sonsoles Bartolomé, directora del Departamento Jurídico de las Líneas de Ayuda ANAR-. Por eso en ANAR luchamos porque no se produzcan más casos y pedimos que se conceda a las familias el estatus de víctimas»

Fuente: ABC

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