De la mansión al compro oro del centro: el destino de las joyas y relojes robados a futbolistas

La Policía Nacional detiene a seis miembros de la banda que asaltó las mansiones de empresarios y de los futbolistas Falcao y Rodrygo

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De los rincones más selectos del país a un local mugriento del centro de Madrid. Ese fue el periplo de buena parte de los relojes de lujo, bolsos de marcas exclusivas, joyas de relumbrón y demás material sustraído a futbolistas y empresarios de primer nivel asaltados en el último año en la capital. Un local de compraventa de oro de una conocidísima calle era el lugar donde un italiano poco amigo de cumplir con la ley recepcionaba lo que le llevaban los autores de al menos ocho robos en mansiones, que se sepa.

La Policía Nacional investiga si pueden estar detrás de más, aunque, además de Radamel Falcao y Rodrygo Goes, han peinado otras entradas ilegales en viviendas de deportistas de élite y, por ahora, no ha dado un resultado positivo.

Cinco marroquíes (uno de ellos, con nacionalidad española) y el italiano han sido arrestados en el marco de la operación Cartuja, bautizada así porque era en el estadio sevillano donde jugaba la final de la Copa del Rey Rodrygo el día y a la hora en que la mafia desembarcó en su propiedad de La Moraleja. Corría mayo de 2023 y no era la primera vez que lo intentaban.

En julio de 2022, el cabecilla, junto a otro de los encartados, intentó el asalto en la mansión del delantero del Real Madrid, pero los descubrió el jardinero. Diez meses después, regresaron y lo consiguieron. Los agentes del Grupo XI de la Brigada de Policía Judicial de Madrid comprobaron a través de las cámaras de videovigilancia que los autores materiales no habían tenido mejor idea que ir a robar en el vehículo de la mujer del líder; eso sí, con las matriculas cambiadas. Pero la pista fue suficientemente buena como para identificarlos.

En octubre pasado, le tocó el turno al exjugador del Atlético de Madrid y actual miembro del Rayo Vallecano Falcao, quien, como el otro deportista, no dudaba en hacer ostentación indiscreta (tanto ellos como sus familias) de sus posesiones en redes sociales. «Los detenidos estaban todo el día bicheando en su Instagram», explican fuentes del caso, que señalan este ‘modus operandi’ como la principal fuente de información sobre sus víctimas. Cotejaban que los días de autos los futbolistas tuvieran partido. Sobre la actuación de ‘santeros’ (personas del entorno de los objetivos de los criminales y que facilitan datos importantes para planificar los robos), en estos casos no ha quedado constatada, aunque sí en otros que tenían en ciernes.

Es más, los agentes poseían conocimiento de que preparaban el asalto a la mansión de otro futbolista de primer nivel que reside en la urbanización La Finca (Pozuelo de Alarcón), considerada inexpugnable, y de un empresario de Torrelodones. Pero los investigadores montaron dispositivos con coches patrulla rotulados y agentes uniformados, de manera que consiguieron disuadir a los encartados.

No solo eran jugadores las víctimas. Además de a los dos delanteros, perpetraron robos en casas de potentes personalidades de corporaciones. Por ejemplo, a uno de ellos le ‘levantaron’ una colección completa de relojes, en La Moraleja. En esa ocasión, solo consta que uno de los marroquíes participara, saltando la valla perimetral de la finca. Además de las redes sociales, eran capaces de captar a una persona adinerada viéndole caminar por la calle con una pieza de lujo y seguirla hasta su domicilio.

También llegaron a irrumpir en una enorme vivienda cuando había niñeras en el interior, de madrugada; pero era tan grande, que no se percataron de que allí habían estado más de dos horas robando, mientras veían tranquilamente la televisión.

Siempre iban directos a los dormitorios, donde suelen guardarse los objetos más codiciados, e incluso se llevaron una caja fuerte entera de una de las casas. El ‘palo’ más costoso fue a un empresario, por valor de medio millón de euros. En total, se calcula, por lo bajo, que en este año se han podido apoderar de más de 1,8 millones, según los investigadores.

Los relojes de Hublot, Patek Phillipe y Rolex eran la debilidad de este grupo. Tenían un perista de cabecera, el mencionado italiano, que tasaba muy por debajo el valor de los objetos robados que le vendían. Conviene recordar que estos comercios están obligados a realizar anotaciones en un libro de registro oficial cuyo contenido deben entregar a la Policía cada semana.

Pendientes y gargantilla: 999 euros

Pues bien, cuando lo hacía, rubricaba ventas del tipo de: «Pendientes Bulgari y gargantilla de oro, 999 euros». En realidad, los primeros costaban 6.000 y el collar otros 10.000, pero el límite legal de pago en efectivo está en esos 999 euros. Se les acusa también de blanqueo.

El 13 de febrero, la Policía detuvo a los sospechosos, en Madrid capital y Lozoya; Sotillo de la Adrada (Ávila) y Escalona (Toledo). De los seis, tres han ingresado en prisión. Se trata de los que fueron sorprendidos por una empleada del hogar en uno de los asaltos y que emplearon la intimidación con ella. Al pasar de un robo con fuerza en las cosas a uno con violencia e intimidación, a esos se les ha podido meter entre rejas de modo preventivo. Se han recuperado diez relojes, joyas, 3.600 dólares y dos pistolas de aire comprimido.

En los golpes, normalmente, actuaban los dos primeros identificados (el líder y su mano derecha), pero en otros les acompañaban otros dos sujetos ahora detenidos. Siempre iban embozados y con guantes, por lo que no se preocupaban en desconectar las cámaras de seguridad, pues consideraban que nadie les podría identificar. En la mayoría de los casos utilizaban coches y motos robados a los que les doblaban las matrículas.

Fuente: ABC

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