«Cité a la chica a rodar en mi casa. Rodamos un par de escenas en días diferentes, una ella sola y otro día con otra actriz, y todo fue sobre ruedas. Le pagué y siempre me decía que quería rodar más. El segundo día, hablando de fútbol, dijo que ella era del Athletic, y yo le dije que conocía a De Gea. Así que le mandé a De Gea un vídeo de ella, en plan coña, enseñando las tetas y diciendo ‘Aúpa Athletic’. Ese inocente vídeo que hice con el móvil que fue mandado a un par de amigos se hizo viral y llegó a todo el mundo, incluido el padre de la joven actriz, que le pidió explicaciones a la chica y esta le dijo, para justificarse ante el padre, que yo la había drogado y violado. Nunca supe ni que era menor, ni que había dicho esa mentira (…)».
Es la versión de Ignacio Allende, ‘Torbe’, conocido como el rey del porno español, que acaba de pactar dos años de prisión y una multa de 65.000 euros por distribuir vídeos pornográficos de dos menores. Los hechos ocurrieron en 2015 y él fue detenido el 25 de abril de 2016, acusado de una ristra de delitos.
La mayoría de esas imputaciones iniciales (trata de seres humanos con fines de explotación sexual, relativos a la prostitución, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales) se desvanecieron durante la instrucción y siete años después los que han permanecido (posesión y distribución de pornografía infantil y descubrimiento y revelación de secretos) se han saldado con un ventajoso acuerdo para el ‘pornoproductor’: dos años de cárcel, tras reconocer los hechos, y 65.000 euros para las víctimas (reparación del daño).
El juicio, celebrado el lunes, se ha demorado una y otra vez. «El acuerdo que le ofreció a la chica inicialmente era como si los hechos no hubieran existido a cambio además de una cantidad mínima», explican a ABC fuentes de la investigación.
La Fiscalía solicitaba siete años de cárcel. Previsiblemente no ingresará en prisión, como pide su defensa, tras pasar casi siete meses en situación preventiva. Salió después de abonar 100.000 euros de fianza y ya en libertad concedió varias entrevistas.
En una de ellas (20 de julio de 2017), el productor respondió a las preguntas de su legión de seguidores en ‘Forocoches’, el foro de internet seguido por un millón de usuarios, y dio su versión descafeinada de los hechos que lo condujeron a la cárcel. La «actriz» de la que hablaba Torbe es en los papeles judiciales TP-2. Tenía 17 años cuando la grabó y atravesaba la peor época de su vida. Ahora, con 25, vive fuera de España, ha encarrilado aquellos días y no quiere saber una palabra más de la sordidez en la que acabó envuelta cuando era menor. Su padre y ella están agotados después de cerca de ocho años de causa policial y judicial.
«Aúpa, Athletic»
El «inocente» vídeo, como lo define Torbe, «en plan coña, enseñando las tetas y diciendo ‘Aúpa, Athletic’», que se envió a varios futbolistas de relumbrón, se viralizó. Lo vieron millones de personas y provocó en la menor un grave trastorno por estrés postraumático de intensidad media-alta, como dejó claro la Fiscalía. Fue el desencadenante de la operación Universal, que acabó con el actor y director porno entre rejas y destapó prácticas sobre todo con chicas ucranianas que, sin acreditar judicialmente, provocaron la náusea de los investigadores. En el caso Torbe, no hubo ni hay un «se acabó», como ha ocurrido con el amparo social a Jennifer Hermoso. Otros tiempos y otros protagonistas.
Fue TP-2, a quien le faltaban tres meses para cumplir 18 años, quien contactó vía mail con la web de Torbe ‘putalocura’ para grabar alguna escena de contenido para adultos. Dijo que era mayor de edad al rellenar la solicitud.
El 21 de octubre de 2015 la chica envía varias fotos de ella desnuda que a Torbe le entusiasman. La cita siete días después en su casa. Mantienen relaciones sexuales «sin que conste que la obligara de forma violenta o la intoxicara con alguna sustancia para viciar su voluntad», según la Fiscalía. Graba las escenas también con su consentimiento. Al día siguiente el porno productor manda una foto de la menor sin ropa y «sin conocimiento ni consentimiento de la TP-2» a Francisco José M., ‘Franbiturbo’, un seguidor de Torbe condenado por corrupción de menores que le iba a pasar a cambio material porno inédito. Fue la primera imagen, pero no la única.
El 30 de octubre quedan de nuevo en casa de Torbe. Se suma una actriz, mayor de edad, y los tres filman más porno duro. Después Torbe y la menor, a solas, graban el vídeo que él le pide. Ella con el pecho descubierto y gritando ¡«Aúpa Athletic!», equipo del que el vizcaíno es seguidor; el vídeo de la perdición para la chica. Consiente en hacerlo, no en que se distribuya y mucho menos imagina que va a acabar en la retina de millones de personas.
Envío a los futbolistas
Torbe se lo manda a varios futbolistas, entre ellos De Gea y Muniain. Cuatro días después, con las imágenes ya rodando sin freno y con miles de visitas en ‘Forocoches’, la protagonista advierte al productor de que es menor de edad. Torbe pide a la web que retire el hilo de «¡Aúpa Athletic»!, pero a la vez envía a ‘Franbiturbo’, a través de su empleado José Carlos P. R., ‘Jochi’, las escenas porno grabadas con la chica a dos y tres bandas. Todos sabían que era menor y a ninguno le importó. Conservaron las imágenes y mercadearon con ellas.
«Esto es una locura, tenemos que hablar. Me han llegado ofertas de todo el mundo. Te puedo hacer millonaria. Podrías trabajar como modelo artística nada más. Denunciar es dar un paso atrás. Si quieres hablo con tus padres y les expongo la situación». Torbe trata de convencerla para que no lo denuncie y para continuar con un negocio que atisba millonario.
CONVENCER A LA MENOR PARA QUE NO LO DENUNCIARA
«Te puedo hacer millonaria. Podrías trabajar como modelo artística nada más. Denunciar es dar un paso atrás»
El 4 de noviembre TP2, la chica acompañada de su padre, denuncia en Alcobendas y se abre la investigación por la que el Juzgado 29 de Madrid autoriza la detención de Torbe y el registro de su casa y sus oficinas el 25 de abril de 2016, cinco meses después. En ese registro donde los investigadores hallan abundantísimo material pornográfico están los vídeos que se buscaban y otros con una menor rumana, cuyo nombre artístico era Jessica Ping y Jessica Sing. A ella la había grabado manteniendo relaciones en diciembre de 2012 pero esperaron a que fuera mayor de edad para colgar los vídeos en ‘putalocura’. La chica también denuncia en Rumanía, en noviembre de 2016, tras recuperar sus imágenes la Brigada de Investigación Tecnológica.
Los acusados (Torbe, Franbiturbo y Jochi) utilizaban los archivos intervenidos «para satisfacer su ánimo libidinoso y lascivo», afirma la fiscal. «A Torbe no le gustan los niños, la pornografía infantil que encontramos la justificó en que como se bajaba tanto porno se le coló. Él no es un pedófilo, pero si le gusta una chica le da igual que sea menor. Una vez te puedes equivocar, dos ya no cuela», dicen los investigadores.
«Importante. Rumana menor». Es el titular del mail, fechado el 12 de enero de 2013 y recuperado por la Policía, en el que alguien que se identifica como Chema advierte a Torbe de que la chica con la que ambos habían grabado un trío en Bucarest es menor. «Mejor no correr riesgos. Antes de publicar nada deberías esperar al mes de septiembre, cuando la tía sea ya mayor de edad», le advierte, tras comprobar con el DNI de la chica que esta tenía 17 años, en unos mensajes. Hablaban de Jessica Ping, el segundo caso destapado por la investigación.
Los ‘bukakes’ y el dinero
El productor siempre ha sostenido que ambas mintieron sobre su edad y que él no cometió ningún delito. Se le ha condenado tras aceptar los hechos, como se ha dicho, pero en la acusación final no hay ni rastro de las chicas ucranianas que le enviaba su medio socio, Boris Malynowsky para grabar sus famosas y sórdidas ‘bukakes’, orgías grupales en las que las chicas tenían sexo con hasta un centenar de hombres.
La carpeta «violaciones» con bebés atados
Torbe siempre ha defendido que solo se dedica a la pornografía para adultos, pero entre el material incautado en el registro de su oficina (abril de 2016) se halló un disco duro antiguo con una carpeta titulada «rapes» (violaciones). Guardaba 64 archivos en los que aparecían niñas de corta edad manteniendo relaciones sexuales con adultos, algunas atadas. En otros había bebés a los que introducían objetos, tal y como recoge el escrito de acusación de la Fiscalía. «Era un contenido durísimo», confirman los agentes que encontraron el material.
Los investigadores de la lucha contra la trata no pudieron demostrar que esas mujeres eran víctimas. Tuvieron constancia de que Boris las amenazaba cuando estaban en España, pero tras regresar a su país fue imposible localizarlas. La colaboración fue nula. Tampoco prosperó la acusación de blanqueo, según la cual el ucraniano pagaba por esas ‘bukakes’ a Torbe a través de paraísos fiscales. Este debía enviarle el material aunque no siempre lo hizo.
El productor tiene antecedentes. El día que lo detuvieron, los agentes tuvieron que llamarle la atención por cómo trataba a la chica que estaba con él. La idea que tiene de las mujeres la expresó en la entrevista de ‘Forocoches’ al preguntarle por sus inicios en la industria del porno: «Empecé en 1999 haciendo mis propios vídeos con putillas que convencía para que hicieran porno por cuatro duros». Su web ‘putalocura’ sigue a pleno rendimiento.
