El liderazgo femenino que se abre paso tras la pandemia: así gestionarán ellas el cambio

Las mujeres son clave en las nuevas formas de trabajar y liderar, según un informe de BCG

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El entorno empresarial actual exige nuevas formas de trabajar y liderar, y, especialmente en este momento, las empresas necesitan líderes que centren toda su atención en las personas, que sean empáticos y que apuesten por la comunicación, la colaboración y el trabajo en equipo. Estas habilidades han ido adquiriendo mayor importancia en los últimos años, pero la pandemia de Covid-19 (junto con la crisis económica y la incertidumbre que ha provocado en empresas de todo el mundo) no ha hecho más que poner de manifiesto su valor. Afortunadamente, existe un grupo de personas que cuenta con las cualidades necesarias para esto, que ya forma parte de las organizaciones y que no suele tenerse suficientemente en cuenta a la hora de pensar en liderazgo: las mujeres.

Una serie de estudios recientes confirman que las mujeres tienden a ser empáticas y poseen, además, una inteligencia emocional muy desarrollada. Suelen ser buenas escuchando activamente y pidiendo ideas; colaboran y reconocen el mérito de los demás sin tener miedo a cambiar de rumbo si las circunstancias lo requieren. Además, las empresas con equipos directivos en los que existe paridad de género son más innovadoras que sus competidores y registran mejores resultados financieros.

Según un informe reciente de BCG, las empresas pueden avanzar más y más rápido si se esfuerzan por captar, retener y alimentar sus reservas de talento femenino.

Nuevo modelo de liderazgo

Según la consultora, los líderes de organizaciones Agile de hoy en día no se limitan a dar órdenes basándose únicamente en su propia experiencia o conocimientos, sino que identifican un problema y prestan apoyo a equipos autónomos, que son quienes realmente lo resolverán y validarán la solución con los clientes. Ese tipo de liderazgo supone aceptar cierta vulnerabilidad, ya que consiste en apoyar a personas que saben más sobre un tema determinado que sus superiores y que tienen más probabilidades de encontrar la solución, lo que probablemente hará que muchos líderes tradicionales se sientan incómodos.

En un entorno empresarial con equipos multifuncionales cada vez más desacoplados e independientes, los líderes deben ser empáticos y capaces de dar autonomía a los demás, inspirar a los equipos, establecer relaciones y aprender con humildad.Estas habilidades «humanas» son tan importantes como las capacidades digitales para el éxito de cualquier empresa, y aunque algunas como la empatía y el desarrollo de relaciones pueden parecer poco comunes entre los candidatos a puestos de responsabilidad, la mayoría de las empresas las encontrarán en sus propias canteras de empleadas y directivas aún por descubrir.

Liderar innovando

Datos empíricos demuestran que las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar muchas de las habilidades clave de liderazgo. Valga como ejemplo un estudio reciente de Harvard Business Review, que reveló que las mujeres que ocupan puestos directivos obtuvieron mejores evaluaciones que sus homólogos masculinos en una serie de competencias clave, como inspirar y motivar a otros, establecer relaciones, y colaborar y trabajar en equipo (en caso de que esto parezca algo excepcional, los autores realizaron el estudio original en 2012 y lo actualizaron en 2019, donde obtuvieron resultados similares).

Del mismo modo, a la hora de estudiar habilidades más específicas, los investigadores de la Universidad de Leipzig observaron que, de media, a las mujeres se les da mejor descifrar con precisión las emociones de los rostros de las personas. Otro estudio reveló que son claramente mejores leyendo el lenguaje corporal. Un tercer estudio determinó que los hombres detectan indicios sutiles de emociones como la tristeza en un rostro solo en un 40% de las ocasiones y, sin embargo, las mujeres pueden notar estas señales apenas perceptibles con una fiabilidad del 90%.

Además, una publicación en la revista Science demostró que la inteligencia colectiva de los grupos pequeños aumentaba si había más mujeres en ellos. Es más probable que las mujeres reconozcan los méritos de otras personas, pidan opiniones, escuchen activamente y se turnen para participar en conversaciones o tareas, en lugar de tratar de dominar esas situaciones. Como resultado, los grupos con mayor presencia de mujeres colaboraron más y pudieron aprovechar mejor las posibles contribuciones de todos los participantes.

Un cambio necesario

¿Cómo pueden las directivas contribuir a este cambio? «Una gran parte de la creatividad y la colaboración proviene de poner sobre la mesa diferentes puntos de vista y perspectivas basadas en la diversidad, ya sea de género, edad, origen geográfico o cualquier otra diferencia visible o invisible», señala Teresa Graham, Head of Global Product Strategy de Roche. «Otra parte procede de asegurar que se escucha a todo el mundo y que todos tienen la posibilidad de contribuir plenamente». También añade que las mujeres suelen crear redes de aprendizaje que integran y adoptan a adoptar diferentes puntos de vista de forma más natural. Todo ello significa que «las mujeres pueden ser grandes líderes y referentes a la hora de propiciar una mayor diversidad de pensamiento, fomentar la comunicación y la colaboración, y ofrecer oportunidades a quienes no encajan en el patrón tradicional».

Para las organizaciones que entienden la necesidad de trabajar y liderar con unos nuevos principios y filosofía de trabajo y que la diversidad es buena para los negocios, el mensaje es claro: las empresas necesitan identificar personas que cuenten con estas capacidades y asignarles puestos de liderazgo. Si bien esto ya era cierto incluso antes del COVID-19, ahora la pandemia ha puesto de relieve la importancia de un liderazgo empático y de colaboración que sea ágil en la toma de decisiones e implementación de las mismas. Las empresas que quieran beneficiarse de estas habilidades deberán redoblar sus esfuerzos para atraer, retener y motivar a las mujeres.

A propósito del escenario actual, María López, Managing director and partner de BCG en España, opina que «este momento exige una capacidad de adaptación y agilidad a la vez que cuidamos de las personas e incrementamos su compromiso. En ese contexto el liderazgo femenino, que se caracteriza por una serie de skills cuya importancia no siempre ha sido valorada, puede marcar la diferencia entre una organización resiliente y que se reinvente y otra que salga de esta pandemia sin capacidad de recuperación y perdiendo su talento más valioso«.

Fuente: ABC

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