Ser padres primerizos y enfrentarse a coger en brazos por primera vez a su bebé es una experiencia que solo se puede entender si se ha vivido. Pero lo que sí se sabe a ciencia cierta es que a la emoción de tener a su hijo con ellos, se une una serie de preocupaciones que antes nunca habían sentido como personas ni habían imaginado. Todo por falta de información y conocimiento. Al menos así lo asegura Mar López, pediatra de Atención Primaria en Mallorca y autora de ‘Las respuestas de mi pediatra. Tu guía fácil y práctica de salud infantil en casa’.
Asegura que los padres hoy se agobian más que los de antes por una sencilla razón. «En la actualidad estamos muy solos, vivimos más en soledad. Sin embargo, hace años las familias convivían en la misma casa, en comunidad, hasta con los abuelos. Las abuelas daban consejos a las madres sobre crianza dentro del mismo hogar y la información fluía, traspasaba. Quizá no eran sus recomendaciones las más acertadas, pero daban mucha seguridad a las mujeres que acababan de dar a luz. Incluso, los hermanos, que antes eran en mayor número que ahora, veían cómo lo hacían unas y otras y, sin quererlo, aprendían sobre el cuidado de los más pequeños. Hoy, desgraciadamente, hay muchas mujeres que nunca han visto dar el pecho a a otra mujer; hombres que no han cogido nunca en brazos a un bebé hasta que no ha nacido el suyo… ¿Cómo no se van a desesperar si de repente el recién nacido tiene fiebre, no deja de llorar o no quiere comer?».about:blank
Confiesa a ABC que «tener un recién nacido en casa es un mundo para todo el mundo porque afecta a las rutinas diarias, a la relación de pareja, a la faceta psicológica y emocional de cada uno (ahora la madre piensa ‘yo soy mujer, también mamá’), por tanto, es normal que surjan muchas dudas ante un nuevo ser desconocido que tenemos bajo nuestro cuidado las 24 horas del día».
A ello se suma, según la pediatra, que muchas mujeres dan sus primeros pasos en la crianza solas. «Un curso de preparación al parto y postparto no es suficiente, al igual que no lo es una sesión de dos horas para aprender a dar el pecho a un bebé. Yo, que soy pediatra —confiesa— sé mucho de lactancia y aún así me resultó muy complicado cuando me tocó amamantar de verdad a mi bebé. Y es que el instinto, en este caso, no es suficiente aunque la información que se reciba sea buena. Es como si te dan la teoría de cómo bucear y al día siguiente te sumergen en el mar».
Por ello, Mar López anima a las parejas, y sobre todo a las madres, a que se apunten a cursos de lactancia muy prácticos para que puedan integrar muy bien su información, y cómo afrontar las diversas situaciones que pueden suceder.
Explica que es muy normal tener dudas, pero no aconseja acudir al doctor Google, sino a su doctora o matrona de referencia. Igualmente lamenta que «muchas veces la atención a las madres recientes depende en gran medida de la vocación de la profesional que la atiende. Es una lástima porque son momentos muy complicados para cualquier mujer que acaba de dar a luz y es necesario que estén tranquilas para que cuiden bien a sus bebés y de ellas mismas. Hacen falta, no obstante, más estudios para profundizar más en el postparto de la mujer. No hay que olvidar que si se atiende correctamente a la mujer que acaba de vivir un parto, se ahorra en prevención de infecciones, enfermedades… que, en definitiva, siendo materialistas, ahorraría dinero a la Seguridad Social».
Respecto a la figura del padre, reconoce que cada vez se involucran más en la crianza, «aunque el 96% de mis seguidores en redes sociales son mujeres que me preguntan por temas relacionados con sus bebés. El peso de la crianza y la carga mental de los hijos sigue estando en la madre. Se me ha dado el caso de padres que han venido solos con sus bebés a la consulta y cuando les he preguntado algo, me han dicho: «espera que llamo a mi mujer un momentín y le pregunto cuánta fiebre ha tenido el niño y qué le estamos dando para que le baje»».
No obstante, entre los temas que más preocupan a los padres destacan «la muerte súbita del lactante —muchos me confiesan que se pasan horas sin dormir mirando que su hijo respire bien— y cómo se van a sentir respecto al vínculo de apego con los recién nacidos»
