La conducta suicida en niños y adolescentes crece un 128% tras la pandemia

En 2020 se suicidaron 314 menores de edad en España

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Los intentos de suicidio de menores de edad atendidos por la Fundación Anar se han multiplicado por un 27,9 en la última década y, de se crecimiento del 1.921,3 por ciento, un 128 por ciento se concentra en los tres últimos años post pandemia, según se desprende del ‘Estudio sobre Conducta Suicida y Salud Mental en la Infancia y la Adolescencia en España (2012-2022) según su propio testimonio’.

«Las cifras son aterrorizadoras. En esta década hemos podido intervenir en 9.637 casos, de los cuales 3.097 ya ha habían iniciado el proceso. ¿Qué habría sido de esos chicos si nosotros no les hubiésemos atendido?», se cuestiona Benjamín Ballesteros, director de programas de la Fundación.about:blank

Los datos son escalofriantes. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2020 en España se produjeron 314 suicidios de menores de edad. Todavía no hay datos referidos a 2021, pero tan solo en lo que va de enero a agosto del año pasado, la Fundación Anar atendió a través de sus distintos canales (principalmente a través del Teléfono y Chat de la entidad) a 748 menores de edad que, en el momento preciso de la llamada, estaban intentando terminar con su vida.

En concreto, el crecimiento del 128 por ciento registrado tan solo en los últimos tres años del periodo post-COVID-19, entre 2020 y 2022, ANAR lo atribuye a la situación de la crisis sanitaria producida por la pandemia, que ha supuesto una ampliación de los riesgos psicosociales como el aislamiento, el maltrato intrafamiliar, el abuso de tecnologías y el poco acceso a asistencia psicológica y sanitaria y la pobreza, entre otras.

En este informe se dibuja un mapa exacto de los niños y adolescentes que en la última década han tenido ideación o conducta suicida pero que, por fortuna, «han pedido ayuda y han recibido la ayuda asistencial necesaria pero nos invita a recordar a la sociedad que hay que atender las llamadas de atención de los menores porque lo que están diciendo es que detrás hay un problema que ellos solos no saben resolver», ha advertido Benjamín Ballesteros, director de programas de la Fundación.

Así lo ha corroborado Diana Díaz, directora de las líneas de ayuda de la Anar, quien ha explicado que «la ideación o conducta suicida es en realidad el síntoma que esos problemas del día a día que están detrás y que cuesta mucho verbalizar». Son chavales, ha señalado, «que presentan una visión de túnel, con muchísimo sufrimiento. Nosotros valoramos esa situación de emergencia y seguimos actuando después, porque el síntoma que ha provocado esa conducta está detrás y sigue actuando».

Aunque, matizan desde ANAR, no existe una motivación objetiva para el sucidio, sí que suelen concurrir unos factores como son la violencia contra el menor de edad (60,9 por ciento de los casos) y la salud mental (en un 27,4 por ciento), son los problemas mas destacados de los asociados a este tipo de conductas.

Además el informe señala que, entre todas las violencias, las más frecuentes son el acoso, el ciberbullying y otrs dificultades en el ámbito escolar (21,4 por ciento), el maltrato físico (14,7 por ciento), el psicológico (10,4 por ciento), la agresión sexual (7,2 por ciento) y la violencia de genero (3%).

En salud mental, Anar destaca tres problemas asociados a la conducta suicida: las autolesiones (13,7 por ciento), los problemas psicológicos (8,7 por ciento) -tristeza, depresión, ansiedad y trastornos de alimentación- y problemas de conducta (4,4 por ciento) y resalta un dato sorprendente: 6 de cada 10 menores se han quedado sin recibir tratamiento psicológico.

Asimismo, del estudio se desprende que la tecnología (servicios de mensajería como el WhatsApp, la redes sociales como el TikTok o Instagram, e incluido los videojuegos, medios donde al final se vuelca mucha información personal ) está implicada en el 45,7 por ciento de los casos donde se presenta la ideación o el intento de sucidio. «Esto es tremendamente dañino y peligroso para estos perfiles», ha apuntado Ballesteros.

El presente estudio se han identificado cinco perfiles de niños/as y adolescentes que presentaban conducta suicida, siendo el principal el de una mujer adolescente, de entre 13 y 17 años (media de 15), de familia migrante, que cuando se puso en contacto con ANAR ya había iniciado el intento de suicidio y que presenta bajo rendimiento escolar. Sufre problemas de salud mental, principalmente autolesiones, tiene antecedentes de fuga y ha sido víctima de agresión sexual.

Los menores de 12 años exponen como motivación el acoso escolar que sufren, y su rendimiento escolar es alto.

Tener menos de 10 años, padecer alguna discapacidad, provenir de familias migrantes o formar parte del colectivo LGTBIQ aumenta el riesgo de intento o ideación suicida por encontrarse los menores de edad más expuestos a discriminaciones y exclusiones.

Un 6,1% de los menores de edad que llamaron a las Líneas de Ayuda ANAR lo hicieron preocupados por la conducta suicida de un amigo o amiga.

Fuente: ABC

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