Quién es Sam Bankman-Fried, el millonario más rico gracias a las criptomonedas

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A los veinte años la mayoría de las personas se encuentran en esa edad en la que las ganas de comerse el mundo hacen que se planteen proyectos de vida con la idea de que prosperen en los años venideros. Sin embargo, hay casos en los que este proceso, que normalmente suele llevar un tiempo, sea en un visto y no visto. Perfiles de emprendedores exitosos que prácticamente de la nada supieron montar su negocio y hacer frente a las adversidades. Así es el caso de Sam Bankman-Fried, uno de esos perfiles que han hecho historia gracias a su capacidad para arriesgar y su buen ojo con los negocios.

A sus 29 años es el mayor multimillonario menor de 30 años según la revista Forbes, y a diferencia de otros magnates, a la vista de sus sencillos looks en donde predominan las camisetas básicas, vaqueros y New Balance, nadie sería capaz de adivinar que su cuenta bancaria aglutina muchos más ceros que las de otros millonarios mucho más ostentosos. Bankman es el típico ejemplo de genio ‘tekkie’ de Silicon Valley que desea amasar millones y millones para poder tener control más allá de sobre sí mismo, sino para cambiar el mundo a su manera. Y es que como si de un Robin Hood millennial se tratase, su meta es hacer una fortuna para luego donarla a obras de caridad (aunque a día de hoy ha donado ‘solo’ un 1% de sus ganancias, que corresponden a 25 millones de dólares).

¿Quién es él?

Sam creció entre videojuegos y libros en el seno de una familia donde hacer carrera se tornaba clave. Hijo de dos profesores de derecho en Standford, ingresar en una universidad de prestigio era un requisito casi fundamental. Por este motivo se inscribió en el MIT, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, para estudiar física, carrera que finalizó en 2014 y que según ha contado en diversas entrevistas a medios americanos le llevó a plantearse el ser profesor.

Sin embargo, su mentalidad altruista le hizo comprender que quería hacer algo más, deseaba formar parte de algo grande, y para ello empezó a ampliar sus horizontes leyendo a filósofos y escuchando a oradores que le inspiraron para lograr su objetivo. En una entrevista para Forbes explicó que su objetivo era amasar una gran fortuna para donarla a causas que realmente valiesen la pena y que no siguiesen modas, y quizás ese sea uno de los motivos por el que todavía sigue trabajando para hacerse más y más rico.

Analizando su sencilla apariencia nadie diría que es multimillonario
Analizando su sencilla apariencia nadie diría que es multimillonario

Volviendo a cómo ha conseguido aglutinar más de 26.500 millones de dólares, antes de fundar su propia empresa obtuvo su primer trabajo en Jane Street Capital, donde su salario superaba las seis cifras y que dedicaba prácticamente en su totalidad a las donaciones. Tres años después, en 2017, decidió tomar las riendas de su camino y empezó a plantear la idea de crear su propia compañía. Aunque no estaba muy al día del Bitcoin, después de investigar y descubrir que su valor en apenas unos meses ese año estaba pasando de los 2.500 a los 20.000 dólares vio una oportunidad de negocio y es ahí cuando pensó en que podría comprar Bitcoins en EE.UU y venderlos en Japón por un 30% más.

En ese momento fundó su primera empresa, Alameda Research, para la que fue necesaria una inversión de 1 millón de euros, y empezó a establecer gracias a ella su primera toma de contacto con el arbitraje. Todo un éxito que en enero de 2018 movía 25 millones de bitcoins al día. «Me involucré en las criptomonedas sin tener idea de lo que eran las criptomonedas. Parecía que había muchas buenas operaciones que hacer», explicó en dicha entrevista para Forbes.

Poco a poco sus aspiraciones fueron creciendo y decidió que quería ampliar sus intercambios de cifrado y pasar de personas ‘normales’ a traders profesionales, dando lugar así a FTX, su empresa actual que le aporta unos beneficios del 50% y gracias a la cual ha conseguido ser el multimillonario más joven sin llegar a las tres décadas.

Como Bankman no tenía los permisos necesarios para operar en el mercado estadounidense decidió crear su negocio en Hong-Kong, (que también le ayudó a ganar un buen mercado de clientes en Asia), aunque el pasado septiembre decidió cambiarlo a Bahamas, aprovechando las regulaciones criptográficas de allí.

FTX ha crecido a una velocidad inimaginable, y si hace un año tenía una base de 200.000 usuarios con los que operaba mil millones de transacciones al día, ahora ha crecido a 2 millones, con todo lo que ello conlleva.

Lo más curioso de esta historia es que, aunque el joven debe toda su fortuna al Bitcoin, no es nada fiel a él, y ha dicho en más de una ocasión que si le surge un modelo de negocio en el que crea más, no se lo pensará dos veces a la hora de invertir en él y dejar las criptomonedas a un lado. https://outline.com/hWNwzk

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