Una nutricionista explica lo que nunca hay que hacer en el desayuno

Esta es la verdad sobre el refrán «Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo»

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Durante mucho tiempo hemos escuchado que el desayuno es la comida más importante del día. De hecho, hay hasta un refrán que hace referencia a ello: «Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo». Sin embargo, a lo largo de los años y con la evidencia científica de la mano, estos dichos han ido cambiado. Así que, si te levantas sin nada de hambre, te voy a decir que puedes quitarte la presión de tener que comer algo antes de salir de casa, no por ello vas a llevar una alimentación más o menos saludable.

En parte, su importancia viene del impacto que ha tenido siempre la publicidad y el marketing sobre nuestra sociedad. Seguro que si hacemos un poco de memoria, a todos nos viene a la cabeza algún anuncio con la imagen de una familia desayunando felizmente, alrededor de una mesa un vaso de leche con galletas o cualquier otro tipo de alimento cereal procesado. Si atendemos al envoltorio de esos productos, la mayoría tienen imágenes o carteles que hacen referencia al desayuno.

Pero realmente, ¿son esos los alimentos idóneos para empezar el día? ¿Cuál es la problemática de todo esto? No hay nada de malo en que nos inciten a desayunar. El desayuno simplemente es una comida más o bien distribuir en el resto de ingestas si no tenemos hambre.

El problema es que la mayoría de los productos que vemos publicitados para el desayuno, son nutricionalmente pobres, contienen grandes cantidades de azúcar, grasas de baja calidad y muchísimos aditivos que nada nos aportan nutricionalmente, pero sin embargo, la popularidad que han alcanzado a lo largo de los años es tal, que en la mayoría de supermercados dedican un pasillo únicamente a ellos.

Durante mucho tiempo hemos escuchado que el desayuno es la comida más importante del día. De hecho, hay hasta un refrán que hace referencia a ello: «Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo». Sin embargo, a lo largo de los años y con la evidencia científica de la mano, estos dichos han ido cambiado. Así que, si te levantas sin nada de hambre, te voy a decir que puedes quitarte la presión de tener que comer algo antes de salir de casa, no por ello vas a llevar una alimentación más o menos saludable.

En parte, su importancia viene del impacto que ha tenido siempre la publicidad y el marketing sobre nuestra sociedad. Seguro que si hacemos un poco de memoria, a todos nos viene a la cabeza algún anuncio con la imagen de una familia desayunando felizmente, alrededor de una mesa un vaso de leche con galletas o cualquier otro tipo de alimento cereal procesado. Si atendemos al envoltorio de esos productos, la mayoría tienen imágenes o carteles que hacen referencia al desayuno.

Pero realmente, ¿son esos los alimentos idóneos para empezar el día? ¿Cuál es la problemática de todo esto? No hay nada de malo en que nos inciten a desayunar. El desayuno simplemente es una comida más o bien distribuir en el resto de ingestas si no tenemos hambre.

El problema es que la mayoría de los productos que vemos publicitados para el desayuno, son nutricionalmente pobres, contienen grandes cantidades de azúcar, grasas de baja calidad y muchísimos aditivos que nada nos aportan nutricionalmente, pero sin embargo, la popularidad que han alcanzado a lo largo de los años es tal, que en la mayoría de supermercados dedican un pasillo únicamente a ellos.

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