Un presidente en campaña II

López Obrador como mago se sacó de la manga 10 reformas para intervenir en las elecciones.

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Hace 15 días publiqué un artículo en donde señalaba el activismo político electoral que ha tenido el presidente López Obrador durante todo el sexenio, ahora con las 10 reformas constitucionales que piensa enviar al Congreso el próximo 5 de febrero, lo que realmente busca es ponerse al frente de la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum.

Sabe que no cuenta con la mayoría calificada para que sus propuestas sean aprobadas, pero sabe que muchas de las reformas que propone tendrán un alto costo político para la oposición a la hora de votar en contra de ellas.

Legislar para que los aumentos al salario mínimo sean superiores a la inflación, aumentar las pensiones de jubilación para que garanticen 100% del último salario y no como sucede actualmente que se jubilan con 30%, reducir el costo del INE y eliminar los diputados y senadores plurinominales e inclusive la propuesta para que los ministros, magistrados y jueces sean electos por voto directo, son propuestas que tendrán seguramente una alta aprobación de la población por lo que lo que pretende el presidente es exhibir a la oposición si vota en contra de ellas.

El presidente sabe que es poco probable que logre la mayoría calificada en ambas cámaras en la elección del 2 de junio, por lo que en vez de esperar hasta conocer el resultado de las elecciones, y a pesar de que sabe que serán rechazadas, ha decidido enviarlas para usar sus propuestas de reforma constitucional para meterse al proceso electoral. Xóchitl Gálvez no la tiene fácil, si se opone a las reformas pierde votos y legitimidad ante el electorado y si las apoya tendrá que confrontarse con los partidos del frente opositor.

Nos guste o no, la jugada de López Obrador es maestra, es un ganar ganar, sus reformas constitucionales están muertas, pero le dan un pretexto para meterse en el proceso electoral, seguir haciendo proselitismo a favor de su gobierno, evidenciar a la oposición como conservadora y jalar votos para Claudia y Morena. Busca también que el debate en la campaña presidencial gire alrededor de sus propuestas y no sobre los resultados, errores y fracasos de su gobierno.

Sería nuevamente un gran error de la oposición ignorar la estrategia del presidente, como sucedió con las consultas para juzgar a los expresidentes o para la Revocación de Mandato, en donde la oposición les hizo el vacío y le dejó todo el terreno libre al presidente y a Morena.

Hay reformas que justifican su aprobación, como la del aumento al salario mínimo o el aumento en las pensiones, por lo que la estrategia de la posición debe ser entrar al debate de todas ellas para desarticular en parte el discurso del presidente y legitimarse ante la población. Debe la oposición establecer una estrategia que vaya más allá del debate en el Congreso, para acercarse y explicarle a la población la razón y el sentido de sus votos.

Para Claudia Sheinbaum, el envío de las reformas le facilita el camino, ya tiene 10 propuestas que apoyar, para la oposición se abre un nuevo frente que la obliga a revisar su estrategia y darle espacio a Xóchitl Gálvez para poder apoyar en su discurso aquello que sea bien visto por la población y fijar una postura, sin confrontarse con los partidos y los legisladores del frente opositor.


Por Demetrio Sodi

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