El TDAH no es solo cosa de niños, el déficit de atención lo padecemos hoy todos los adultos

Entrevista con Eduardo Jáuregui, autor del libro 'Meditar se me da fatal', una guía de mindfulness para «adolescentes y seres humanos de toda la vida»

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«En una época turbulenta como la nuestra, la meditación no solo es una respuesta, sino quizá la más importante. Hay que espabilar a esta humanidad tan despistada, donde parece que el TDAH hoy en día no es solo los niños sino que todos los adultos tienen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad».

«Está muy de moda el síndrome, que es verdad que es extremo, pero lo estamos viviendo de alguna forma toda la sociedad», apunta Eduardo Jáuregui, autor del libro Meditar se me da fatal’, donde explica las claves para centrar la atención a través de esta práctica milenaria.about:blank

De hecho, apunta este doctor en Ciencias políticas y Sociales, profesor en varios másteres universitarios y cofundador de la consultora Humor Positivo, «los seres humanos somos la única especie que estamos comiendo y viendo Netflix a la vez, o pensando en una lista de tareas mientras hablamos y a la vez miramos el móvil para hacer «swipe» con el dedo y ver lo último que ha salido en la pantalla… Valoramos el ‘multitask’ pero la verdad es que solemos tener la mente dividida».

«Hacemos todo de forma muy superficial e inconsciente, cuando realmente se trata de vivir la vida como si importara, en cada momento, en lugar de estar pensando siempre en lo siguiente». Para este experto la clave está en el «mindfulness», que es «aprender gracias a la meditación a estar ahí en lugar de hacerlo en el futuro».

Se trata, prosigue, «de poder estar al 100 por 100 cuando estás con tu familia en lugar de tener por ejemplo el móvil en la mano, pensando en la clase de piano, en las lavadoras o en la cena que hay que hacer. Luego nos quejamos de que los chavales son adictos al móvil, cuando nosotros no les hemos hecho ni caso».

Por eso su obra puede ser muy útil tanto a padres como a sus hijos adolescentes. Se trata, apunta Jáuregui, «de poder ‘volver a estar’. No vas a poder ganar esa batalla contigo mismo siempre, pero poder dejar eso de lado y darle a tu hijo una presencia total, tiene un valor infinito».

Para este autor hay una palabra muy potente. «Usamos el término ‘mindfulness’ (atención plena) cuando realmente se trata de ‘heartfulness’ (corazón lleno). Se trata de cuidar cada cosa, poniendo tu ser en ese momento. Si caminas, hazlo con cuidado, si estás con alguien, te fijas en la persona que tienes al lado… Esto te transforma la vida completamente».

La suya cambió en la primera clase que dio de yoga. «Digamos que hasta ese momento no había tenido conciencia corporal. Eso me llevó a tener conciencia emocional y mental, a darme cuenta de lo que está pasando en mi propia vida, justo en el momento en el que lo estás haciendo».

«Está muy de moda el síndrome, que es verdad que es extremo, pero lo estamos viviendo de alguna forma toda la sociedad», apunta Eduardo Jáuregui, autor del libro Meditar se me da fatal’, donde explica las claves para centrar la atención a través de esta práctica milenaria.about:blank

De hecho, apunta este doctor en Ciencias políticas y Sociales, profesor en varios másteres universitarios y cofundador de la consultora Humor Positivo, «los seres humanos somos la única especie que estamos comiendo y viendo Netflix a la vez, o pensando en una lista de tareas mientras hablamos y a la vez miramos el móvil para hacer «swipe» con el dedo y ver lo último que ha salido en la pantalla… Valoramos el ‘multitask’ pero la verdad es que solemos tener la mente dividida».NOTICIAS RELACIONADAS

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«Hacemos todo de forma muy superficial e inconsciente, cuando realmente se trata de vivir la vida como si importara, en cada momento, en lugar de estar pensando siempre en lo siguiente». Para este experto la clave está en el «mindfulness», que es «aprender gracias a la meditación a estar ahí en lugar de hacerlo en el futuro».

Se trata, prosigue, «de poder estar al 100 por 100 cuando estás con tu familia en lugar de tener por ejemplo el móvil en la mano, pensando en la clase de piano, en las lavadoras o en la cena que hay que hacer. Luego nos quejamos de que los chavales son adictos al móvil, cuando nosotros no les hemos hecho ni caso».

Por eso su obra puede ser muy útil tanto a padres como a sus hijos adolescentes. Se trata, apunta Jáuregui, «de poder ‘volver a estar’. No vas a poder ganar esa batalla contigo mismo siempre, pero poder dejar eso de lado y darle a tu hijo una presencia total, tiene un valor infinito».

Para este autor hay una palabra muy potente. «Usamos el término ‘mindfulness’ (atención plena) cuando realmente se trata de ‘heartfulness’ (corazón lleno). Se trata de cuidar cada cosa, poniendo tu ser en ese momento. Si caminas, hazlo con cuidado, si estás con alguien, te fijas en la persona que tienes al lado… Esto te transforma la vida completamente».

La suya cambió en la primera clase que dio de yoga. «Digamos que hasta ese momento no había tenido conciencia corporal. Eso me llevó a tener conciencia emocional y mental, a darme cuenta de lo que está pasando en mi propia vida, justo en el momento en el que lo estás haciendo».

‘Corazón lleno’

«A mi la meditación me ha cambiado más que el Iphone», se ríe. «Dicho esto así medio en broma, para mi meditar ha tenido un impacto mayor. Es un trabajo de años, pero vas descubriendo que, cuando empiezas a rescatar momentos del día a día, aparentemente anodinos, a los que le das la importancia que tienen, la vida empieza a cobrar otro sentido». «Haces cada cosa mejor, das tiempo a la otra persona… Por eso antes decía lo del corazón lleno. Cuando tu hijo o tu mujer te reclaman atención, lo que están realmente reclamando es tu amor».

«Solo hacen falta dos minutos para darse cuenta. Los niños para esto son geniales y tienen toda la razón para enfadarse. Tenemos mucho que aprender de ellos. Cuanto más pequeños son, más presentes están en el mundo. Eso es ‘mindfulness’. Coger una caja de cartón y meterse, vivir la vida como si les importara… Lo que pasa es que vamos perdiendo con los años esa capacidad de asombrarnos con el mundo y esa presencia total», concluye Jáuregui.

De alguna forma, él escribió el libro con muchas referencias a Tolkien y Harry Potter entre otros porque quería llegar a sus propios sobrinos. «He intentado que sea atractivo para jóvenes de 15, 16 años… Soy consciente de que compito con ese mundo audiovisual tan ‘maravilloso’ de redes sociales en el que estamos pero podemos pensar que esta práctica de la meditación  puede ayudarnos en el sentido de que hay que usar la tecnología, pero aprendiendo a dirigir nuestra atención para que no nos utilicen a nosotros».

Por poner un ejemplo, concluye, «todos podemos aprender a no coger el teléfono cuando suena, a no sacarlo en el semáforo si no es necesario, a no revisar el móvil setenta veces al día. Por supuesto que la tecnología no es mala en sí, el problema es mantener el control y ser dueños de nuestras decisiones».

Fuente: ABC

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