Expertos revelan los principales efectos del vapeo en comparación con el cigarrillo tradicional

¿Son los cigarrillos electrónicos menos perjudiciales que el tabaquismo o simplemente causan un tipo diferente de daño?

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El vapeo, alguna vez promocionado como una alternativa al tabaquismo, se enfrenta ahora a las críticas debido a su asociación con diversos riesgos para la salud. Estudios y análisis recientes han demostrado que los cigarrillos electrónicos, que utilizan vapor en lugar de humo, están vinculados con varios efectos alarmantes para nuestra salud, desde daños vasculares graves hasta cicatrices pulmonares permanentes. En ese sentido, a medida que la comunidad médica profundiza en esta cuestión, surge la pregunta: ¿son los cigarrillos electrónicos menos dañinos que el tabaco, o simplemente causan un tipo diferente de daño?

Para dar respuesta a esta pregunta, el ‘Daily Mail’ entrevistó a varios médicos para obtener más información sobre los efectos del vapeo en comparación con el tabaquismo tradicional. Los expertos afirman que vapear nicotina es «alrededor de un 90 o 95 por ciento» menos perjudicial que fumarla a través de cigarrillos convencionales. Sin embargo, aún no se comprende completamente la naturaleza de los efectos restantes.

Lo cierto es que los cigarrillos contienen más de 7.000 sustancias químicas, muchas de ellas cancerígenas, mientras que se cree que los vaporizadores contienen alrededor de 2.000. Asimismo, los cigarrillos electrónicos tampoco producen alquitrán ni monóxido de carbono, que se consideran dos de los elementos más nocivos del humo del tabaco. Sin embargo, una de las principales preocupaciones en torno a los cigarrillos electrónicos es la liberación de metales tóxicos, como arsénicocromoníquel y plomo, debido a las reacciones químicas entre el líquido y el metal. Estos metales están asociados con una serie de efectos negativos para la salud, incluida la inflamación pulmonar, que puede manifestarse como sibilancias, tos y dificultad para respirar, un fenómeno conocido como ‘pulmón de palomitas de maíz‘.

Los efectos del vapeo y el tabaquismo en el cuerpo se manifiestan en diferentes plazos desde el momento en que se inhala el vapor o el humo. En los primeros cinco segundos, el vapor de los cigarros electrónicos ingresa al tracto respiratorio, llegan a los pulmones y, finalmente, ingresan al torrente sanguíneo, donde se distribuyen por todo el cuerpo, incluido el cerebro. Pero los cigarrillos son diferentes. «En los primeros cinco segundos después de fumar un cigarrillo, el monóxido de carbono del humo del cigarrillo se une a la hemoglobina de los glóbulos rojos. Esto reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno», reveló el Doctor Otulana, un médico birtánico especializado en adicciones, a ‘Daily Mail’.

Los efectos del vapeo y el tabaquismo

La nicotina, presente tanto en los cigarrillos electrónicos como en los convencionales, tiene efectos inmediatos en el cuerpo. En cuestión de segundos, se une a las proteínas del cerebro, desencadenando la liberación de hormonas que provocan una oleada de euforia o ansiedad. Además, la nicotina aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que puede tener repercusiones a largo plazo en la salud cardiovascular. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, los efectos del vapeo y el tabaquismo se intensifican.


Después de 30 minutos:

  • Vapear: Mayor estrés oxidativo, lo que puede provocar fatiga, confusión mental, dolores musculares y de cabeza.
  • Fumar tabaco: Efectos similares de estrés oxidativo.

Después de una hora:

  • Vapear: Inicio del proceso de metabolización de la nicotina y disfunción de las células endoteliales, que afecta la dilatación de los vasos sanguíneos.
  • Fumar tabaco: Mismo proceso de metabolización de la nicotina y disfunción de las células endoteliales.

Después de un día:

  • Vapear: La función de los vasos sanguíneos tarda tres días en recuperarse, indicando un rápido deterioro incluso con una sola hora de vapeo.
  • Fumar tabaco: Paralización de los cilios pulmonares, lo que lleva a una acumulación de mucosidad y dificultades para respirar.

Después de una semana:

  • Vapear: Pérdida de audición y potencial inflamación pulmonar debido a la presencia de nanopartículas en el vapor.
  • Fumar tabaco: Decoloración dental, de encías y labios, y compromiso del flujo sanguíneo.

Después de un mes:

  • Vapear: Persistencia de inflamación pulmonar y potenciales riesgos para la salud pulmonar a largo plazo.
  • Fumar tabaco: Disminución del oxígeno en el oído interno y posibles impactos negativos en la circulación y el gusto.

Por último, tras seis meses vapeando, se producen altos niveles de inflamación oral y posibles riesgos para la salud pulmonar. Mientras que respecto al tabaco, se produce una disminución gradual de la función pulmonar y un aumento del riesgo de enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

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