Se bajó el telón a la pretemporada de MotoGP con dos interesantes jornadas en Qatar para acabar de poner a punto todas las motos de cara al inicio de campeonato. Un test imprescindible para todos los pilotos pero, sobre todo, para los que han cambiado de equipo esta temporada (un total de siete, entre los que destacan Marc Márquez o el debutante Pedro Acosta) y que desconocen las prestaciones de su nueva moto y del equipo con el que tendrán que trabajar durante todo el año 2024.
La próxima vez que rujan los motores en parrilla será en carrera oficial, en Lusail entre el 8 y el 10 de marzo, primera prueba de las 22 de las que consta este año el Mundial. Después de las pruebas del lunes, de las que Marc Márquez salió bastante satisfecho, la jornada del martes comenzó con problemas mecánicos. Su Desmosedici GP23 se paró en la primera vuelta y tuvo que ser remolcado a su box (en Sepang ya sufrió cuatro averías).
Pecco Bagnaia, el actual campeón, demostró que sigue siendo el favorito. Pulverizó todos los registros del circuito con un estratosférico 1:50.952, que mejoraba en ocho décimas el récord que ostentaba Luca Marini. Marc Márquez se acercó a ese crono, demostrando estar cada vez más cerca de los mejores y dando un salto importante en sus prestaciones a una vuelta, algo en lo que él se siente, de momento, en inferioridad. Acabó cuarto, solo por detrás de Bagnaia, Bastianini y Aleix Espargaró. El ’93’ también sufrió su primera caída como piloto de Ducati, sin ningún tipo de consecuencias.
Marc, feliz pero prudente
El piloto catalán se ha mostrado muy prudente durante todo el fin de semana: «Entiendo las expectativas de los aficionados, pero llego de cuatro años muy difíciles y los años pasan. Llegan los jóvenes y todos los pilotos tienen su época. Tengo que aprender de ellos cómo ir más rápido». Márquez cree que sus prestaciones mejorarán cuando se libere de los ‘vicios’ tras once años pilotando una Honda: «Me siento más libre con la moto. Mi instinto sigue siendo pilotar como lo hacía con la moto anterior, y poco a poco voy adaptándome».
Aprilia se confirmó como la alternativa a las Ducati. Si Aleix demostraba su fiabilidad a una vuelta, Maverick Viñales también mejoró respecto al test de Malasia. Raúl Fernández acabó quinto a pesar de estar renqueante por unas fracturas en la cadera y pilotando una moto sin evolucionar. Una mención especial merece Pedro Acosta, que sigue progresando rápidamente, aunque las KTM sieguen en un discreto lugar.
Fuente: ABC
