Inseguridad, violencia y muerte: el verdadero legado de la 4T

El monopolio de la violencia, que debería ejercer de manera exclusiva el Estado, lo tienen los grupos criminales.

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Desde la Revolución mexicana no habíamos vivido un momento de tanta violencia como el actual sexenio. El contubernio del gobierno con los cárteles se ha visto reflejado en hechos como: la famosa política de seguridad “abrazos, no balazos”, que más bien constituye un pacto de no agresión, o las múltiples visitas del presidente a Badiraguato, cuna del Cártel de Sinaloa, para saludar a la mamá del Chapo Guzmán, o el terrorismo electoral donde los criminales secuestraron, mataron y amenazaron a candidatos de oposición, lo que permitió a Morena ganar más de una gubernatura y varios municipios. Todos estos hechos han dejado en una profunda indefensión a la ciudadanía.

Hoy, el monopolio de la violencia, que debería ejercer de manera exclusiva el estado, es también ejercido por grupos criminales que cobran piso, roban negocios, trafican mujeres y niños, matan sin ningún miramiento y tienen bajo su control regiones enteras donde ellos son los que gobiernan.

¿Pero, qué el Estado no tiene las armas, los recursos y la inteligencia para contrarrestar esto? Por supuesto que sí. Pero el gobierno ha decidido no actuar, omitir esta función y en vez de eso tener un pacto de impunidad con las bandas criminales, así de grave es la omisión de esta administración y será sin duda el verdadero legado de la 4T.

La muerte de los cinco jóvenes en Lagos de Moreno, a los que el presidente no quiso ni mencionar, debería de calificarse como un acto de terrorismo que ha dejado profundamente marcada a toda una comunidad. Lamentablemente, este es solo un caso más de los miles que inundan las redes sociales todos los días y que pareciera que ya son parte de nuestra vida cotidiana. Según las cifras del propio gobierno, van más de 156 mil asesinatos desde que empezó la administración y al ritmo que vamos seguramente acabaremos el sexenio cerca de los 180 mil, para darnos una idea, esto es el equivalente a llenar dos veces el Estadio Azteca.

La pregunta desde que inició la guerra contra el narco sigue siendo la misma ¿qué tiene que pasar para que esto termine? La respuesta no es sencilla e incluye la suma de muchos factores y acciones por parte no solo del gobierno, sino de toda la sociedad. Pero hoy podemos decir sin duda alguna, que la solución no era el “abrazos, no balazos”.

Al próximo presidente le tocará una situación de inseguridad todavía más delicada que la de sus predecesores, esperemos que esta vez sí escojan defender a la ciudadanía y no a sus intereses políticos, económicos y electorales.

En otras latitudes digitales…

La diputada Adela Ramos es quizás la única persona decente, pensante e independiente que hay en Morena, al grado que fue capaz de hacer lo que su conciencia le dictaba y no lo que su grupo político le decía al pronunciarse en contra de los aberrantes libros de texto gratuitos que la SEP pretende repartir. “Estoy consciente del riesgo que pueda tener mi integridad física y moral, pero ante todo está mi lealtad a México. Qué viva la niñez mexicana y la calidad educativa”, dijo la diputada Ramos.

Así que si se preguntaban cómo es una mujer independiente, valiente y empoderada, aquí tenemos un gran ejemplo de alguien que se atrevió a decir basta ante el atropello a la niñez que se opera desde Palacio Nacional, con todo lo que esto pueda implicar para ella.

Fuente: elfinanciero

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